Es una película de anticipación, ambientada en un futuro no muy lejano, y sucede en un parque de diversión en el que los visitantes reviven acciones de tiempos históricos distintos (la Roma Imperial, la Edad Media, y el Lejano Oeste), una especie de Disneyland robotizado, donde robots perfectos, androides programados para cumplir roles en el parque, acompañan a los visitantes, y cumplen sus deseos, haciéndoles pasar aventuras y placeres "históricos". El problema surge cuando algunos de estos robots en el parque (llamado "Delos") se salen de control y se rebelan, matando a visitantes y poniendo en peligro la vida de los protagonistas. La atracción máxima en Westworld es El Pistolero (robot interpretado por Yul Brinner), perenne desesperado que se bate siemrpe a duelo -y está programado para perder- que al final cuando las máquinas se descontrolan (por ciertos fallos eléctricos y la consabida estupidez de algunos de sus controladores) resulta ser el más terrible aniquilador. Finalmente el protagonista (interpretado por Richard Benjamin) consige hacer que este temible robot se destruya... y el parque termina cerrado y en desolación.
Lo interesante de esta película en lo que se refiere a la digitalización, es que algunas de las escenas que impican el punto de vista de El Pistolero, están realizadas utilizando un ordenador que con programas complejos para la época pudo hacer visibles esas "percepciones robotizadas". Los ojos de Brynner fueron manipulados por Information International, Inc., más conocida como "Triple-I", que fue la empresa encargada de crear estas imágenes digitales. Ciertamente es poco, pero da al actor un sensación fuertemente mecánica (incluso mejor que la de Schwarzenegger). Otra cosa notable es, justamente, la anticipación a "Terminator" y otras películas de rebelión de robots. Realmente "Oestelandia" no puede ser considerada una obra digital, pero vale la pena reseñarla como un antecedente ingenioso.
Afiches y el trailer de la película. En el segundo video, una reseña en español del film, apreciamos los ojos robotizados de El Pistolero.
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