viernes, 27 de enero de 2012

Las 12 pinturas (11): Primera acuarela abstracta

El ruso Vassily Kandinsky es todo un personaje en el mundo de las artes. Hombre teórico y páctico, ha aportado diferentes visiones a la comprensión del ámbito artístico durante el siglo pasado. Nacido en 1866 en el seno de una familia de la alta burguesía de la Rusia aún zarista, se inclinó por las artes desde muy joven. Su primer interés fue la música, y luego también aprendió dibujo. Más adelante estudió derecho y economía política. Viajó luego por su país y por Europa, donde visitando museos se convenció que su futuro estaba en la pintura, aunque sin abandonar la política, puesto que había comprendido los problemas sociales por los que pasaba su nación.

El estilo impresionista de final del siglo XIX le impactó y forjó su propia estética, que con el estudio, análisis y desarrollo fue derivando en otras expresiones cada vez menos figurativas. En la primera década de 1900 sigue estudiando, pero combina esa actividad con la enseñanza, y el contacto con los estudiantes le estimula a analizar y pensar más su pintura. En 1909 escribe el libro "De lo espiritual en el arte", donde desarrolla una teoría filosófica sobre los colores y las formas a los que confería valores psicológicos y morales, comparándolos con la música.

Es en este ambiente de innovación y pensamiento diferente que va a llevar su pintura al extremo del abstraccionismo, y comienza una serie de cuadros donde las formas libres y los colores son preponderantes, hasta que en 1912 pinta lo que después será conocida como la "Primera acuarela abstracta". Sobre esta fecha hay dudas, porque se piensa incluso que ha podido ser hecha en 1913, pero más extraño aún es que él la firma y fecha en 1910.


Parece sin embargo que esta acuarela, "Sin título" como fue presentada originalmente, fue pintada un par de años después. Es la culminación de algunas experimentaciones que había hecho Kandinsky desde que estaba viviendo en Munich. Siendo uno de los fundadores del movimiento "De Bleu Raiter", sustenta racionalmente su producción que se hace abstracta y colorida.

Es tan importante este cuadro (relativamente pequeño, de 50 cms. X 65 cms.), que otros pintores abstractos que se atribuian la "invención" del abstraccionismo, se encontraron con los argumentos de Kandinsky, en los que sustentaba que sus concepciones y obras no figurativas son precedentes a todas las demás del siglo XX. Ésta en particular está pensada desde la belleza psíquica interior. Lo que allí está plasmado no tiene relación alguna con ningún objeto real. Busca solo mostrar el dinamismo de las formas y los colores, provocando en el espectador (se puede ver hoy en el Museo Pompidou de París) una sensación centrífuga de alegría y espontaneidad.

Durante varios años el pintor fue desarrollando este estilo, y su obra comenzó a imponer fuertes influencias en la Europa de la primera post-guerra. Da clases en la academia Bauhaus de Walter Gropius, y escribe y enseña en tanto pinta y crea un universo abstracto como no se había visto. Sale de Alemania con el auge del nazismo, y hace sus últimos trabajos en Francia.

A su muerte en 1944, Vassily Kandinsky había aportado su talento y capacidad docente al mundo artístico del siglo XX. Las vanguardias abstraccionistas de las siguientes décadas le deben su inspiración, siendo esta "acuarela abstracta" una referencia obligada para el arte contemporáneo.



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