sábado, 21 de enero de 2012

Las 12 pinturas (5): Las Meninas

Esta no es una pintura. Es un juego de espejos. Es la concepción de la realidad dentro de la realidad. Pocas obras en la historia del arte han resultado tan significativas como estas "meninas" de Diego Velázquez. Terminada en 1656, su título original es "La familia de Felipe IV", pero desde el siglo XVIII es conocido ya como "Las Meninas", de la palabra portuguesa que se usaba en las cortes para denominar a las acompañantes, generalmente de familia noble, que servían como doncellas de honor a las infantas (hijas de los reyes), hasta su mayoría de edad.

Fue pintado en la corte del rey Felipe VI cuando Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660),  ya de 57 años, era un artista reconocido, trabaja para la corte, había tenido éxito y logrado un estilo personal inconfundible. Él, que nació en Sevilla, que para ese entonces era la ciudad más cosmopoltia de España, vivió desde los 24 años hasta su muerte en Madrid, habiendo estudiado con maestros muy connotados en su época.

Durante un tiempo trabajó por su cuenta, mejorando su técnica, ganando encargos, hasta que su capacidad lo abrió las puertas de la corte del rey. Recaló entonces en el palacio de El Escorial, pasando por varios cargos, siempre con el respaldo de Felipe IV. Su obra crece en calidad, y la temática se mantiene entre lo religioso, lo cortesano y lo mitólógico. Realiza decenas de pinturas, mientras también administra los bienes artísticos del rey.

Es en este contexto que pinta este formidable cuadro, de 318 cms. x 276 cms., en el que la escena nos muestra la hija de los reyes de España en una situación "normal", de juego, con las otras niñas de la corte, más una enana y un enano, un perro, y notablemente el mismo pintor, además de un personaje en el fondo y el reflejo de los mismos reyes en el espejo. 



Pero no es tanto el tema lo relevante, sino la composición, la estructura de la obra y sus detalles lo que la hace trascendente. Es un cuadro lleno de guiños, de sorpresas, de originalidad. El pintor está pintando algo que está fuera del cuadro, que se supone son los personajes que están al fondo en el espejo, pero a la vez puede decirse que está pntando al espectador que está fuera de la escena, que entonces en realidad forma parte de la misma. Es algo tan bien logrado, que impactó desde su misma conclusión.

Pero hubo un lapso en que fue olvidado, hasta que a principios del siglo XIX se redescubrió, y a partir de ahi fue muy estudiado, convirtiéndose en una de las pinturas más importantes de todos los tiempos.  No sólo es representativa del Barroco español, sino que su innovadora estructura la hace capital en la creación artística occidental. Se saben muchos detalles, quienes son los personajes, cómo están hechos los ropajes, qué hacían... pero además se ha analizado la espacialidad y la coloración, las luces y las sombras, para tratar de explicar su encanto.

Estudiosos, artistas, escritores, aficionados, han analizado durante años esta formidable pintura. Un cuadro en el que el 10% de su espacio está ocupado por la parte de atrás del bastidor que sustenta otro cuadro cuyo contenido no vemos pero suponemos, y del que formamos parte, es sin duda extraordinario. Ha sido copiada, parodiada, interpertada, replicada, reproducida, y no pierde su encanto. Hoy en día la internet ofrece muchos sitios donde se la trata y explica.

Vale la pena revisar el sitio web del Museo del Prado, donde está alojada desde hace casi 200 años:
O este otro donde se cuenta quien es quien en la pintura: http://www.ctv.es/USERS/ags/10014vp3.htm
Aquí hay un buen análisis: http://www.ctv.es/USERS/ags/10014vp3.htm
Incluso en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Las_Meninas
Como sea, está llena de historias y da gusto verla, y verla y verla...

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