La semiótica y su hermana la semiología están íntimamente ligadas a los estudios de la comunicación. Este es el segundo de los postulados de Craig. Y estudia cómo el lenguaje y el mensaje conforman un punto clave en el proceso comunicacional. Si bien no es lo mismo lingüística que comunicación, hay una estrecha relación entre ambas. De nuevo es curioso señalar que si bien el lenguaje verbal, oral y escrito son inherentes al hombre desde el principio de su existencia, es sólo recientemente que ha sido estudiado metódicamente como disciplina. El padre de la lingüística contemporánea, Ferdinand de Saussure, desarrolló sus ideas a principios del siglo XX. Así mismo hizo el estadounidense Charles Sanders Peirce, fundador de la semiótica por esos mismos años. Tanto ésta como la semiología, que son disciplinas que estudian los signos como objeto de estudio, se han convertido en ciencias complejas, y muchas variantes se han aplicado en las últimas décadas.
Pero en lo que se refiere a la "tradición semiótica" de la comunicación, Robert Craig señala que ésta produce una mediación intersubjetiva a través de los signos. Y que éste pasa a ser el centro del proceso. El mensaje entonces debe ser analizado como constructo, tanto en su estructura como en su metalenguaje. Aquí son importantes los simbolismos, la iconografía, y los componentes semiológicos: significados, referentes, codificaciones. Para que esto fluya debe haber entonces un entendimiento común.
Aquí entonces es donde se producen los distintos abordajes, puesto que si los signos tienen significados correctos, los códigos y los medios deberían se canales neutrales; pero no siempre puede ser aceptado esto, de manera que la semiótica debe asumir el peligro de que en vez de claridad se produzca incomunicación por la falta de entendimiento entre los puntos de vista subjetivos. Los signos sin huellas, son pistas, son reflejos, pero no siempre dicen lo que esperamos y tienen muchas formas de lectura.
Este abordaje de la comunicación se relaciona con las teorías estructuralistas, y es uno de los más complejos y a la vez fascinantes en este campo. Tiene mucha vigencia, y muchos estudiosos en los últimos 50 años se han dedicado a su desarrollo y diversificación, por lo que su aplicabilidad como herramienta de análisis tiene hoy gran vigencia, más aún en este campo de la cibercultura contemporánea.
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