Es sorprendente que un concepto que está indiscutiblemente ligado a la humanidad como el de comunicación no haya sido estudiado metódicamente sino desde hace unos cien años. En el mundo antiguo se daba por sentado que el hombre hablaba por naturaleza, y no había mayor cuestionamiento ante este hecho evidente. Desarrollar entonces toda la teoría de la comunicación es una tarea extensa que además queda inconclusa, considerando lo mucho que se ha desarrollado, propuesto y discutido sobre ella en las últimas décadas.
Sin embargo, en virtud de los modelos y definiciones desarrollados por las diferentes escuelas de pensamiento en el siglo XX, podemos tener estas tres aproximaciones a grandes rasgos: a) la Funcionalista, cuyos postulados se basan en modelos explicativos cercanos a las teorías matemáticas, y cuyos mayores exponentes provienen de las escuelas y universidades estadounidenses; b) la Crítica, relacionada con la filosofía marxista y socialista, que tiene varios enfoques, desde los originados en la llamada “Escuela de Frankfurt” hasta los desarrollados por teóricos latinoamericanos que en las últimas décadas han propuesto nuevos enfoques en esta línea de pensamiento; c) la Estructuralista, que observa la comunicación desde el punto de vista de la semiología, entendiendo los significados, los signos y las interrelaciones perceptivas en los componentes del proceso. Cada una revisa los medios de comunicación de distinta manera, sin que haya tampoco unidad de criterio en cada una de estas tendencias.
Y naturalmente esto se aplica también a la comunicación multimediática, en la que los medios se han ido incorporando a la comunicación humana de tal manera que cada vez más es difícil separar los medios masivos de los medios interpersonales. ¿Existen tales cosas...?
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