Fue un autor bastante prolífico, y analizó el arte y la estética usando puntos de vista europeos, desde Platón y Santo Tomás hasta Kant y Hegel. Igualmente se sirvió de las ideas de Buda para aplicarlas a la comprensión estética del arte hindú. El libro que seguramente es más representativo de su pensamiento es "Sobre la doctrina tradicional del arte", publicado en 1938. Su postulado básico dice que el arte tradicional (religioso-sagrado) es incomprensible sin un conocimiento previo de su dimensión religiosa, espiritual o metafísica. Que en el siglo XX esto no sea visto así no implica que anteriormente no se diera esta relación, que explica -según Coomaraswamy- el porqué de las manifestaciones artísticas en cada cultura.
Una de sus conclusiones es que el arte oriental es diferente en su generación a cualquier otra forma de arte. Mientras que en occidente el arte se presenta generalmente descontextualizado -en abstracto- y su concepción ha respondido en ocasiones al simple deleite estético, la obra asiática nunca se hizo más que para ser usada, ni para ser mostrada en otro lugar que aquél al que estaba destinada. El concepto de artista oriental es enfrentado al occidental desde el punto de vista que presenta a los primeros iguales al resto de los hombres salvo por la posesión del conocimiento técnico que le permite la creación: la concepción de una obra no es producto de la inspiración o un producto de una sabiduría especial y reservada, sino que es parte de todos los hombre así como lo podía ser en el mundo platónico: las artes podían ser practicadas por cualquiera. En occidente, por el contrario, el artista siempre es poseedor del genio, de su vinculación directa con una inspiración superior del que procede su realización.
De esto se deduce un planteamiento interesante: el arte asiático, debe ser accedido desde una perspectiva triple que contemple la metafísica, la religión y la espiritualidad, conceptos entendidos desde la propia perspectiva del autor, y de su cultura. Por ello no se implica que la obra de arte sea utilitaria simplemente, sino que ésta es el resultado de todos esos factores. El concepto de "utilidad" debe de entenderse en un sentido amplio, referido a las necesidades humanas en su conjunto. Si no responde a una necesidad es inútil: "Las cosas hechas con arte responden a necesidades humanas o, si no, son lujos" dice Coomaraswamy.
Se trata de explicar el arte oriental a la vista de la mentalidad occidental, pero no para convencer sino para hacer comprender. Esa comprensión es la que finalmente van a valorar algunos estudiosos del siglo XX como Umberto Eco, que en su libro "La definición del arte" de 1970, señala:
"Resulta aceptable su tesis fundamental de que la estética medieval y la india aparecen unidas frente a la estética occidental moderna por algunos motivos fundamentales: una misma actitud frente a la obra de arte como objeto de uso religioso dotado de placer intrínseco; un mismo catálogo de criterios de belleza; el canon de las artes plásticas; la no distinción entre artes liberales y mecánicas, bellas artes y artes funcionales; y, por último, un concepto de arte como imitación no tanto de las realidades de la naturaleza, sino más bien del mismo proceso operativo de la naturaleza."Como vemos, completamente aplicabe y sustentado, de manera que con Ananda Coomarswamy tenemos una óptica propia de un momento histórico desde otro momento, como lo hace Michael Baxandall con el Renacimiento italiano y su concepto de"El ojo de la época". Cada época tiene su ojo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario