La "glocalización" es un término que ya describí en este blog hace unos días (ver "glocalismo" en http://ciberestetica.blogspot.com/2016/03/glocalismo.html) y que surge de la combinación de globalización y localidad. Por eso se puede hablar de "glocalidad" como la implementación de las ideas de glocalización, y al glocalismo como la tendencia contemporánea a buscar esa combinación de universalidad que los medios económicos y de comunicación implican, con el interés local de cada espacio y comunidad en el mundo.
Hay muchas posturas respecto a esta realidad. es innegable que la globalización nos a arropado, y ahora en todo el planeta se puede conocer lo que sucede en cualquier parte de manera casi inmediata (los problemas de acceso a la información, manipulación, control y falsificación de la verdad siguen estando presentes, pero son ajenos a esta exposición aquí). La discusión tiene que ver con la combinación de los hechos locales (culturales, ideológicos, políticos) y los mundiales.
La transculturización, que es un fenómeno históricamente presente siempre, ha cambiado sus patrones en este ambiente de la digitalización. Se habla ahora de pensar globalmente pero actuar localmente. En el campo de las artes y la creación esto sucede casi imperceptiblemente. No hay duda de que las industrias culturales siguen operando, pero su manejo ha cambiado. De hecho, si bien es cierto siguen habiendo patrones y valores dominantes, el digitalismo ha logrado hacer visible a los grupos minoritarios, se han manifestado muchas expresiones antes casi desconocidas, y más interesante aún, se han mezclado culturas en formas novedosas e impredecibles. Ello ha producido estéticas inesperadas. Tal vez esto sea lo más relevante del glocalismo: su impredictibilidad. La lógica borrosa y las teorías del caos en su máxima expresión social.
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