De acuerdo con la compañía de seguridad informática Eset, se prevé un aumento en los ataques a dispositivos propios de la internet de las cosas. Una de las modalidades que usarán los cibercriminales será el secuestro de los sistemas informáticos a cambio de un rescate: el "ransomware" (en inglés). Aumentarán los ataques de denegación de servicio, y los programas maliciosos (los malware) llegarán a tal grado de sofisticación que irrumpirán en las tiendas de aplicaciones oficiales.
Además de atacar a propiedades de personas, se cree que pueda haber ransomware y ataques contra plantas de energía, gas y agua, entre otros. Ello implica un grave peligro para una parte de la población y para los prestatarios de servicios digitales, que enfrentan una amenaza nunca antes vista: ya no la infección o destrucción, sino el secuestro de la data y sus prestaciones. Como en situaciones similares, este fenómeno es aún incipiente (es hoy más una amenaza que un hecho), pero la perspectiva no deja de ser aterradora. ¿Habremos de pagar rescate por nuestros propios datos y aplicaciones?
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