miércoles, 4 de junio de 2014

De una pintura hasta otra (4)

A partir de la cultura grecorromana en Europa, las formas visuales se transforman con la sumatoria de distintas influencias, y entre el Siglo V y el S. X se producirán expresiones que luego fueron llamadas "Bizantinas" y "Románicas", con características particulares. Cobra cada vez más importancia la temática por sobre la fidelidad realista, y el contenido religioso cristiano lo copa todo. Durante el Imperio Romano se había hecho común, por ejemplo, la pintura mural en las casas. 


Durante el período medieval la graficación sobre muros se intensifica, y gracias a nuevas técnicas, se incorpora indefectiblemente a la arquitectura. Lo mismo pasa con la escultura, que deja de ser un modo de representación autónomo y pasa a integrarse al todo formado por los edificios, en particular la iglesias.

Pero en el mundo otras culturas crecen paralelamente. Durante esta época, irradiando desde la península arábiga, el imperio musulmán ocupará grandes zonas del mapa, con su particular forma de ver y representar el entorno físico y social. Su influencia en las artes abstractas se sentirá durante siglos, y la cuidada caligrafía asombrará a los espíritus más disímiles.



En China, por otra parte, está en pleno esplendor el Período Sung. Es pertinente hacer un comentario sobre este lapso (960 D.C. al 1280 D.C.) citando Herbert Read, porque ayudará a explicar la influencia que los imagramas han tenido en cualquier civilización: "El estilo Sung, a pesar de todo su arcaísmo y eclecticismo, es uno de los estilos más definidos y unitarios en la historia del arte, comparable al estilo gótico. (...) su unidad es independiente de la filosofía y de la religión; no va acompañada de ninguna cohesión social o intelectual. Pero hay una unidad con la naturaleza, con el mundo físico". Esto ocurría en una época de dificultades políticas que sin embargo permiten un refinamiento cultural único. "La pintura Sung, como la poesía Sung," -continúa Read- "es la expresión de una conciencia creciente de la sutileza de las armonías formales que se presentan ante nuestros ojos: la combinación de montañas y neblinas, de ríos y árboles, de pájaros y ramas, de flores y geometría, de lo masculino y lo femenino, de ying y de yang (...)". Destaca entonces la facultad de lo visualmente interpretado para comprender y transformar una realidad particular en otra general y universal, entendible por cualquier persona. Ello será similar a la concepción que se presenta en otras culturas y otras épocas, como veremos más adelante.


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