viernes, 6 de junio de 2014

De una pintura hasta otra (6)

Es el Renacimiento un hecho más sorprendente aún que cualquier otro acontecimiento cultural ocurrido con anterioridad en el mundo occidental, pues surge en una pequeña región de la península itálica y se extenderá por Europa para representar la cúspide del humanismo en su primera expresión. No hay en ese momento (1450 D.C.), en ningún lugar del mundo, un movimiento tan avanzado como él. Se han conjugado varios factores para ello (tecnológicos, políticos, sociales y religiosos), y el resultado ha marcado la historia para siempre.



En el campo imagramático, uno de los mayores logros del Renacimiento fue el perfeccionamiento de la perspectiva. Este recurso consiguió que la representación icónica alcanzase grados de verosimilitud e ilusión como nunca antes, disparando la visión del hombre hacia nuevas concepciones. Román Gubern opina que "La perspectiva se convirtió desde su nacimiento en un artificio fundamental para la construcción y constitución de la imagen-escena en el dibujo y la pintura occidentales, y su emergencia en la Florencia del siglo XV ha recibido muchas explicaciones, en el ámbito artístico y fuera de él". Es probable que una suma de factores mentales, sociales y económicos sean los generadores de tal acontecimiento, pero lo cierto es que esa técnica se va a hacer internacional en seguida, signando la manera de pintar en el resto de los países de la Europa de entonces. A esto se suma el descubrimiento de otros materiales (pigmentos, lienzos) y la guía de personajes tan especiales como Giotto (el precursor), León Battista Alberti, Filippo Brunelleschi, Fra Angelico, Sandro Botticelli, Rafael Sanzio, Michelangelo Buonarrotti y, claro está, Leonardo Da Vinci.

Es interesante ver que esta concepción de la realidad va a trascender de su zona de influencia hacia el resto del mundo, incluyendo la América que se estaba invadiendo y el Asia con el que se estaban estableciendo nuevas formas de relaciones políticas. Con el Renacimiento comienza un nuevo lenguaje gráfico y visual, apoyado no sólo en las habilidades y los avances sino también en el interés de las gentes por entender mejor los hechos y las anécdotas. 




Dice Michael Baxandall en su libro Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento, que los cuadros en esa época deben "narrar su asunto en forma clara para los simples, en forma vistosa para los olvidadizos y haciendo pleno uso de todos los recursos emocionales del sentido de la vista, el más poderoso y también el más preciso de los sentidos". Sobre esa base él va a definir lo que ya hemos visto se llama "el ojo de la época" o la percepción relativa. Aquí la imagrafía entonces corre paralela con la ciencia, con el humanismo y con la experimentación de una nueva realidad, que va a ser clave para la concepción visual sensorial en los siglos venideros.

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