Como ya vimos al hablar de Realidad Virtual, uno de los creadores que primero trabajó con un concepto similar al de los ambientes inmersivos digitales fue Myron Krueger (Indiana, EE.UU., 1942). Desde 1974 comenzó a trabajar en una instalación interactiva que se considera el punto de partida en la expresión y comunicación multimediática, aún no siendo digital propiamente.
Su más conocido trabajo es VIDEOPLACE, que estuvo desarrollando entre 1975 y 1984, y que culminó en 1985. Esa propuesta de participación inmersiva no usaba ni guantes ni cascos, era todo basado en proyecciones en las paredes. Era una forma de construir una realidad artificial. El usuario entraba a un salón, un espacio vacío, en el que las lisas y blancas paredes servían de soporte a múltiples proyecciones visuales.
El Videoplace utiliza proyectores, cámaras de video, un hardware para tal fin, y las mismas siluetas que aparecen en pantalla de los usuarios, para colocar a los participantes dentro de un entorno interactivo. Los usuarios en habitaciones separadas fueron capaces de interactuar entre sí a través de esta tecnología. Los movimientos del público registrados en el video se analizan y transfieren a las representaciones como siluetas en movimiento. Los usuarios podían ver los resultados de sus acciones en la pantalla, a través del uso de las siluetas de color simple pero efectivo; los partcipantes tenían un sentido de la presencia de otros, a la vez que interactuaban con los objetos que aparecen en las pantalla, aunque no hubía respuesta táctil directa.
Krueger luego siguió trabajando, una vez que las computadoras empezaron a hacerse comunes y accesibles, en instalaciones similares, algunas de ellas recreando la sensación de vuelo. Para él es importante que la tecnología aporte sensibilidad y no solo funciones al público: "Siempre he considerado la relación entre hombre y máquina como el drama central de nuestro tiempo y quería formar parte de su investigación. Era evidente que el diseño de las diferentes interfaces entre hombre y máquina era un problema tanto técnico como estético. Un diseño exitoso debía hacer felices a los usuarios, no solo aumentar su productividad. Artistas y músicos parecían muy adecuados como referencia para desarrollar una interfaz de este tipo, ya que mantienen una relación íntima y satisfactoria con sus herramientas de trabajo", dijo en 1990.
Pensó que si el computador estaba destinado a revolucionar el arte, tenía que definir nuevas formas artísticas en las que sin su intervención fuera imposible concebir. Esto es, realmente, lo que sucedió con el arte digital. Su pensamiento en ese entonces era el de un visionario. El Videoplace está ahora en exhibición permanente en el Museo Estatal de Historia Natural ubicado en la Universidad de Connecticut.
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