En el contexto de hoy se abre la perspectiva de un "hábitat tecnológico", denominado "Tecnopolis". Las ciudades, empresas y personas incluidas dentro de las redes territoriales de innovación tecnológica, gozan de las ventajas de pertenecer a ámbitos de conexión mundial técnica. Al respecto, el italiano Piero Formica publicó en 1995 el libro Tecnopolis. Lugares y senderos de la innovación, en el que explica su concepto de ciudades tecnológicas.
Esta noción propuesta hace ya más de 20 años, tiene una expresión nueva en la presencia de una interconexión mediática y una expansión tecnológica de todo tipo. Hay una forma de entender la "tecnopolis" como hecho local o parcial, que abarca tres versiones:
1. Los complejos industriales
2. Complejos de investigación científica
3. Parques tecnológicos y programas que apuntan al desarrollo regional y de descentralización industrial
En estos casos el objetivo de estas localidades es la generación de conocimiento científico y tecnológico, con el propósito de apuntar a la innovación tecnológica y construir redes de este conocimiento.
Otra forma de abordar las tecnópolis es admitiendo que hoy en día cada vez más estamos copados por innovaciones que nos afectan de muchas maneras. Formica propone una "Era Tecnopolitana", para identificar sus características más sobresalientes y sus protagonistas más reconocidos: empresas, instituciones de educación superior, centros de investigación, En esta surge un nuevo tipo de empresa, que funge de patrón y, en cierta forma, desempeña el papel de guía para el desarrollo del modelo: las info-empresas, organizaciones para la innovación, en continuo proceso de evolución.
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