lunes, 22 de mayo de 2017

Estética y censura

Dentro del tema del arte, la estética, la ética y la moralidad, debe incluirse un asunto siempre polémico: el de la censura. La censura, además vista desde varios aspectos: el moral, el ético, el cultural y el artístico. Es muy difícil decidir cuando una obra es inmoral, o cuando debe ser censurada. La forma estética de abordar el arte puede no ser compatible con ciertos puntos de vista, en tanto hay otras críticas que pueden hacerse desde visiones no éticas o moralistas.

La política, la religión, las ideologías, ejercen formas de censura. En el caso de la comunicación esto es conocido y evidente. En el arte es más sutil, aunque no menos discutible. Admitiendo que ciertas obras de arte producen efectos morales, cabe preguntarse: ¿merecen ponderarse por ello, o censurarse por ser contrarias a los valores aceptados por ciertas culturas? ¿Deben ser eliminadas? ¿Puede un grupo de personas arrogarse el derecho a juzgar a otros grupos y decirles qué pueden o no hacer o expresar? Pareciera que no. 

Puede igualmente cuestionarse: ¿con qué derecho actúan los censores? Son tan limitados y falibles como los censurados, y nada garantiza que sean guardianes mejores que aquellos a quienes se supone quieren proteger. ¿Mejora realmente la estatura moral de los ciudadanos, cuando se les impide a los demás elegir o decidir qué ver, leer, oír o tener? La libertad de enfrentarse a ideas y propuestas de todo tipo, es parte de la misma libertad que debe regir a las sociedades, dentro de los lógicos parámetros que ésta establezca. Últimadamente, la aplicación de una censura termina perjudicando a todos, inlcuyendo a los mismos censores, porque al final seguramente tampoco van a lograr su objetivo: lo censurado terminará aflorando y conociéndose.

Si duda es un asunto delicado y complejo, pero que no puede ser abordado desde las preconcepciones y los moralismos. La historia lo ha demostrado.
           

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