Dice Ocampo: “Es patente que lo ordenado y lo proporcionado es bello, mientras que lo desordenado y desproporcionado es feo.” Dado que se considera “proporción” a la relación entre dos o más objetos (o seres, si se extrapola a la vida) o entre las partes de los mismos, cuando convienen a pesar de sus diferencias, entendiendo como convenir al logro de una unidad. Ocampo destaca que se puede establecer una analogía entre la idea de proporción y la causa y el efecto en la comunicación, puesto que la consecución de la primera produce una consecuencia en el perceptor.
En las obras realizadas digitalmente se mantienen los cánones de proporcionalidad que incluyen armonía, simetría y consonancia. Y entre los elementos compositivos destaca el ritmo, que debe ser visto más cómo un concepto que como un sistema: “(…) se habla de ritmo cuando se trata de seres móviles y de simetría cuando se trata de seres estáticos”. Naturalmente este no es un enfoque que sea validado por todas las tendencias teóricas del arte, pero sin duda la proporción es un concepto que es aceptado generalmente como clave en toda consideración estética.