Discusión y argumentación acerca de la definición y pertinencia del concepto de Estética Digital y sus implicaciones en la comunicación, arte y cultura.
En el libro de 1967, El medio es el masaje, escrito por Marshall McLuhan en colaboración con Quentin Fiore, se hace la siguiente afirmación:
"Hasta que se inventó la escritura, el hombre vivió en el espacio acústico: sin límites, sin dirección, sin horizonte, en las tinieblas de la mente, en el mundo de la emoción, con la intuición primordial, con el terror. El lenguaje es un mapa social en este pantano.
La pluma de ganso acabó con la conversación. Disipó el misterio; dio arquitectura y ciudades, trajo caminos y ejércitos, la burocracia. Fue la metáfora básica con la que empezó el ciclo de la civilización, el pasaje de la oscuridad a la luz en la mente. La mano que llenaba la página de pergamino edificaba una ciudad".
Este planteamiento propone una idea notable: la escritura transformó al ser humano, de un ente predominantemente auditivo a uno visual. La palabra se escribe, permanece en el tiempo, y para poder convertir el texto en sonido, debe leerse, lo que finalmente, es una actividad visual. De un mundo a otro mundo.
Aquí encontré en la Web un GIF animado bien logrado, con un tema del espacio: un planeta en un vórtice y una estrella. Una fantasía sideral. (GIF, Graphics Interchange Format, en español, "Formato de Intercambio de Gráficos"). Otro ejemplo de estética digital.
No olvides que vas a morir. Ese es, básicamente, el sentido de la frase latina Memento Mori. En realidad significa "recuerda que morirás", en el sentido de que debes recordar tu mortalidad como ser humano. Por más poderoso que uno se sienta, la vida es realmente un soplo. Suele usarse también en las artes como tema, cuando se quiere demostrar la fugacidad de la vida. En las artes visuales, el Memento Mori es un recordatorio artístico o simbólico de la inevitabilidad de la muerte. Esa expresión se desarrolló con el crecimiento del cristianismo, que enfatizó el cielo, el infierno y la salvación del alma en la otra vida. Así, el concepto de Memento Mori ha sido una parte importante de las disciplinas ascéticas, como un medio para perfeccionar la personalidad, cultivando el desapego y otras virtudes, y dirigiendo la atención hacia la inmortalidad del alma y la vida futura. Es una idea que a pesar de sus dos mil años de historia, sigue teniendo validez, como el famoso Carpe Diem, la expresión latina que significa "aprovecha el día". Hay que vivir cada momento y disfrutar de la vida. El arte y la literatura muchas veces nos lo enseñan.
La trágica muerte hace dos días del famoso jugador de baloncesto estadounidense Kobe Bryant (1978-2020), su hija y seis acompañantes más, ha sido tema de mucha repercusión y difusión en las últimas 48 horas. En este caso no sólo por la visibilidad y trayectoria del atleta, sino porque además era un buen padre, y hacía una gran labor en el campo social, aunque tuvo que evadir una acusación de violación hace muchos años. Tenía una hermosa familia, hablaba español e italiano, y era aficionado al fútbol y otros deportes.
Disputó veinte temporadas en la NBA, todas ellas en Los Angeles Lakers, desde 1996 hasta 2016, y era hijo del ex jugador de la NBA Joe Bryant. Tiene una gran cantidad de récords en la liga profesional de baloncesto de los EE.UU. El mismo día de su retiro, el 18 de diciembre de 2017, se presentó el cortometraje animado "Dear Basketball" (Querido baloncesto), dirigido por Glen Keane, y en el que se narra, en imágenes, la carta que el jugador escribió para The Players' Tribune, cuando anunció su retirada, filme que ganó un Óscar en la categoría mejor corto de animación. La banda sonora es de John Williams y fue narrado por el mismo Bryant. Si bien no es un trabajo de animación 3D digital, sí tiene una parte de procesamiento digital en su edición y producción. Aquí pongo completo el corto, con subtítulos en italiano (no los conseguí en español), y el texto de la despedida que el basquetbolista presentó anunciando su retirada, con su traducción.
Dear Basketball,
From the moment I started rolling my dad’s tube socks And shooting imaginary Game-winning shots In the Great Western Forum I knew one thing was real:
I fell in love with you.
A love so deep I gave you my all — From my mind & body To my spirit & soul. As a six-year-old boy Deeply in love with you I never saw the end of the tunnel. I only saw myself Running out of one.
And so I ran. I ran up and down every court After every loose ball for you. You asked for my hustle I gave you my heart Because it came with so much more.
I played through the sweat and hurt Not because challenge called me But because YOU called me. I did everything for YOU Because that’s what you do When someone makes you feel as Alive as you’ve made me feel.
You gave a six-year-old boy his Laker dream And I’ll always love you for it. But I can’t love you obsessively for much longer. This season is all I have left to give. My heart can take the pounding My mind can handle the grind But my body knows it’s time to say goodbye.
And that’s OK. I’m ready to let you go. I want you to know now So we both can savor every moment we have left together. The good and the bad. We have given each other All that we have.
And we both know, no matter what I do next I’ll always be that kid With the rolled up socks Garbage can in the corner: 5 seconds on the clock Ball in my hands. 5 … 4 … 3 … 2 … 1
Love you always,
Kobe
Querido baloncesto,
Desde el momento en que comencé a enrollar los calcetines de tubo de mi padre y a disparar tiros imaginarios ganadores del juego en el Great Western Forum, supe que una cosa era real: Me enamoré de ti. Un amor tan profundo que te di todo de mi, desde mi mente y cuerpo, a mi espíritu y alma. Como un niño de seis años profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel. Solo me vi a mí mismo saliendo de uno. Y entonces corrí. Corrí arriba y abajo en cada cancha tras de cada pelota perdida para ti. Me pediste mi fuerza y te di mi corazón, porque vino con mucho más. Jugué con el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamó, sino porque TÚ me llamaste. Hice todo por TI porque eso es lo que haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir. Le diste a un niño de seis años su sueño de ser Laker. Y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte obsesivamente por mucho más tiempo. Esta temporada es todo lo que me queda por dar. Mi corazón puede soportar los golpes. Mi mente puede manejar la rutina. Pero mi cuerpo sabe que es hora de decir adiós. Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas ahora, para que ambos podamos saborear cada momento que nos queda juntos. El bueno y el malo. Nos hemos dado todo lo que tenemos. Y ambos sabemos, no importa lo que haga a continuación, siempre seré ese niño con los calcetines enrollados lanzados a la lata de basura en la esquina: 5 segundos en el reloj... La bola en mis manos. 5 ... 4 ... 3 ... 2 ... 1 Te amo siempre Kobe
Una cita muy breve y muy válida: "La esencia de la palabra consiste en ser escuchada".
MARTÍN LUTERO (1483-1546) teólogo y fraile católico agustino, que comenzó e impulsó la transformación religiosa que definió la Reforma Protestante y la doctrina teológica conocida luego como luteranismo.
En su libro de 1973, Signo, el filósofo, escritor y semiótico italiano, Umberto Eco (1932-2016), dedica un capítulo (el IV) a los problemas filosóficos del signo. Y empieza con la siguiente afirmación:
"Se ha llamado al hombre animal simbólico, y en este sentido, no solamente el lenguaje verbal sino toda la cultura , los ritos, las instituciones, las costumbres, etcétera, no son otra cosa que formas simbólicas en las que el hombre encierra su experiencia para hacerla intercambiable; se instaura sociedad cuando hay comercio de signos. Por medio del signo el hombre se aparta de la percepción bruta, de la experiencia del hic et nunc ("aquí y ahora") y abstrae. Sin abstracción no puede haber concepto, pero sin abstracción ni siquiera puede haber signo".
De esto, concluye Eco, que toda discusión sobre las ideas nace porque articulamos signos, y es la creación sígnica, la primera manifestación de cultura y de humanidad.
“Aprender a comunicar no es aprender qué tecla hay que apretar para obtener línea. La era digital no sustituye la gramática, los colores de las carcasas de los inalámbricos no suplen la retórica, ni el descubrimiento de los códigos de intercambio masivo, la idea comunicable”. Valérie Tasso es una escritora e investigadora francesa nacida en 1969, autora de varios libros sobre sexología y tecnología.
Este es un video realizado en 2006 por el director brasileño Márcio Ramos, y producido por Jolma Ramos sobre un guión original del mismo Márcio Ramos. Los personajes y escenarios están inspirados en la zona de Sertão Cearense, en el Noreste de Brasil, tomando colores y texturas propios que dan la atmósfera realista que el autor busca, para hacer más dura la historia. La música es de Hérlon Robson, compuesta para respaldar la trama. El corto fue patrocinado por Triofilmes, de Brasil, con el apoyo de la gobernación del estado de Ceará. "Vida María" es un reflejo de muchas vidas de Marías en nuestros países latinoamericanos y en todo el mundo.
Ya en tres ocasiones anteriores he definido y comentado la noción de CIBERCULTURA (Cibercultura 1, Cibercultura 2 y Cibercultura 3). Así como el tema de la cultura es amplio, complejo y apasionante (filosófica, antropológica y artísticamente hablando), lo es también el de la cibercultura y su realidad contemporánea. Lo que hace interesante la discusión es que el mismo concepto de cultura es muy variado. La profesora universitaria mexicana Marisa Avogadro, magister en comunicación y educación, en la revista digital Razón y Palabra (http://www.razonypalabra.org.mx/), aborda el tema de la cibercultura partiendo, justamente, de sus dos componentes, cultura y cibernética, referida ésta en especial a la internet, la Web y el ciberespacio. Dice que la cultura "es una expresión integral del ser humano, que le permite sobrevivir, reproducir el cuerpo social y mantenerlo unido. Por lo tanto, como información que es y debe ser trasmitida, nos ocuparemos de ella desde la perspectiva de los medios de comunicación". Esta postura es atractiva porque ve la cultura desde el ámbito comunicacional. Según ella, internet ha cambiado las formas tradicionales de la comunicación, por lo cual también se afectan las formas de construir cultura. Señala que la "internet está conformada por grupos que cambian constantemente, se agregan personas, salen otras, se arman y desarman comunidades, páginas, asociaciones. Se constituye un verdadero universo multicultural, sin fronteras de tiempo y espacio. Con diferentes manifestaciones de interactividad y con un sentido de ubicuidad, es presencia a un mismo tiempo en diferentes partes". Por otro lado, ella afirma que la cultura, entendida desde el punto de vista antropológico, como toda acción del hombre sobre el mundo, se está manifestando como una nueva imagen en el ámbito de la cibercultura. Por lo tanto, la internet, un medio de comunicación que nos vincula con diferentes países y distintas personas -con un código todavía desconocido para una gran cantidad de personas, con herramientas que ni siquiera son empleadas en su máxima capacidad, ya que la mayoría de las personas emplean mayormente la búsqueda de palabras o el correo electrónico y el chat-, genera oportunidades y desequilibrios al mismo tiempo, en una Web de polaridades que se mueve por pares de opuestos. Es en este marco que la cultura de las nuevas tecnologías comienza a perfilarse. Esta cibercultura, la del ciberespacio, que recién se está escribiendo, es un camino que por nuevo, estamos aprendiendo a recorrer. Concluye la profesora Avogadro, en su análisis que enlaza comunicación y cultura cibernética, que las nuevas tecnologías sustituyen a otras formas de intercambio tecnológico y a otras maneras de relación social. Eso genera esta "Cibercultura que hoy pone en contacto a aquellos que han emigrado de sus tierras natales y encuentran en los periódicos de sus países publicados en la Web, la cercanía que necesitan, que los enlaza más allá del espacio y el tiempo, con letras, imágenes y modos de vida".
Aquí pongo una viñeta humorística, que si bien no tiene que ver con la ciberestética, está en el ciberespacio y es de libre circulación en la Web. ¡Y es muy buena! 😄😄
El último de los signos que Thomas Sebeok describe en su libro de 1994, Signos: una introducción a la semiótica, como parte de su explicación de lo que él llama las "seis especies de signos" (ver esta publicación previa), es el NOMBRE. Escribe el autor: "Se llama nombre a un signo que tiene una clase extensional para su designado. Según esta definición, los individuos denotados por un nombre propio, como por ejemplo Verónica, no tienen atribuida una propiedad común excepto el hecho de que todas ellas responden a Verónica". Un nombre, sea propio o común, es de alguna manera un espacio en blanco, que se llena de significado al ser sustituido por una descripción. En el caso de los nombres comunes, son signos que sustituyen a la cosa representada por convención común. En cambio, los nombres propios identifican de manera explícita un individuo o un ente discernible. En el ejemplo de Verónica, es necesario dar identificación a ese ente nominado. "Verónica la rubia" no es "Santa Verónica"; más aún, en toreo se hacen verónicas (una forma de pase de capote), y el torero puede dedicar una verónica a Verónica, la del pañuelo. El nombre es un signo muy claramente definido en la lingüística, muchas veces identificado con el sustantivo. Cuando la significación de un signo, aclara Sebeok, permite un único denotado, se dice que es singular. Los signos singulares, incluyendo los nombres propios, pertenecen a un modo de significación que son símbolos de la lengua. Son identificadores que se agrupan en indicadores o descriptores. En un caso marcan una condición, en el otro describen una situación. Los nombres personales buscan ser unívocos, para dejar claro a que individuo nos estamos refiriendo, lo cual no quita de que hay miles de personas con nombres iguales. Con esto concluimos la serie de especies de signos que Thomas Sebeok enumera y que luego analiza en detalle en el libro, abordando no solo el aspecto semiótico humano sino el zoosemiótico, que forma parte de su propuesta teórica, muy original y polémica.
"Se llama símbolo a un signo sin semejanza ni continuidad, sino solamente con un vínculo convencional entre su significante y su denotado, además de con una clase intencional para su designado". Así define Thomas Sebeok al SÍMBOLO, el quinto en su clasificación de las seis especies de signos identificables, según su visión teórica. La característica de "vínculo convencional" es clave para distinguir al símbolo de los íconos y de los índices; aquí Sebeok apela a un concepto que también he descrito recientemente en el blog, que es el de intensión (verhttps://ciberestetica.blogspot.com/2019/12/intencion-intension.html). Dice que la intensión (la extensión a la que se aplica un término) es la que identifica el valor simbólico de un signo. Para los fines de identificar la relación intensión-símbolo, un signo definido como intensional es el definido por el uso de una función proposicional; esto es que están identificados por las propiedades compartidas. Así, el símbolo mantiene una relación que se aplica a todas las ideas a las que abarca. Si una paloma blanca es el símbolo de la paz, ese símbolo abarca todas las nociones que la paz implica. El símbolo puede ser visual o verbal. Como se ve, es un concepto complejo. De hecho, Sebeok dice que es el término del que más se ha abusado, porque ha sido recargado de connotaciones. De hecho, tiene muchas "subespecies": insignia, marca, emblema, alegoría, seña y estigma. Se aplica básicamente al espectro visual, pero en literatura también se consigue. Muchos autores han trabajado este tema, desde Saussure y Peirce hasta Barthes y Eco, pasando por lingüistas, sociólogos, antropólogos y semiólogos. Algunos ejemplos pueden ayudar: podemos decir que la hoz y el martillo son un símbolo del comunismo (emblema del partido comunista en la extinta URSS) o bien la Torre Eiffel es un símbolo de París. Claro, no podemos decir que H2O sea símbolo del agua, a pesar de que usamos signos para su escritura. Finalmente podemos entender también que un símbolo es una forma cargada de contenidos, básicamente convenidos, y aceptados una vez se hace explícito su uso y significado. Más adelante, en otras publicaciones, me extenderé en el símbolo, que seguramente es el más interesante de los signos y del que ya he hablado varias veces en este blog. Pero en la próxima entrada veremos el último de los tipos de signos que determinó Thomas Sebeok: los nombres.
La cuarta especie de signo que define Thomas Sebeok ("Seis especies de signos") es el índice. El término viene de indicar, obviamente, así como nuestro segundo dedo de la mano es el índice, porque es el que nos sirve para indicar. Claro, acá no se usa en el sentido de "señalar" sino como "indicativo". Básicamente son signos que representan, a través de la conexión entre hechos, un significado determinado. En el índice existe una relación, a menudo de efecto y causa, en la que no importa la semejanza física o la interpretación del mismo significante con su representación. Dice Sebeok: "Se dice que un signo es indexical cuando su significante es contiguo a su significado, o a una muestra de él. El término contiguo no tiene por qué ser interpretado literalmente en esta definición con significado de "adjunto" o "adyacente". En este sentido, la estrella polar puede ser considerada como indicativa del polo norte por cualquier habitante de La Tierra, a pesar de las inmensas distancias que nos separan de ella". El concepto de índice ha sido uno de los más tratados y discutidos por los semiólogos, por lo amplio que puede llegar a ser. Un ejemplo clásico es el de Robinson Crusoe. Estando solo en la isla, un día vio la huella en la arena de un pie humano, que sabía no era el suyo. Eso fue índice suficiente para estar seguro de la presencia de otra persona en esa isla. Hay otros ejemplos similares: el humo visto a distancia es indicativo de fuego, una masa humana escapando y corriendo, es indicio de un peligro. Claro, los índices pueden ser naturales o artificiales también, pero según su naturaleza semántica simple y directa, se distinguen de los íconos y de las señales.
En la siguiente publicación se explica uno de los conceptos más complejos en el campo de la semiótica, que es el de SÍMBOLO.
La palabra "ícono" o "icono" (ambas acentuaciones son válidas) se refiere, en el campo semiótico, a un signo que representa un objeto o una idea con los que guarda una relación de identidad o semejanza formal. Es la tercera especie de signos que describe Thomas Sebeok (ver aquí). Él lo define así: "Se dice que un signo es icónico cuando una similitud topológica entre un significante y su denotado". Esto es que hay cierta relación comprensible entre lo que se percibe y lo que representa. Una imagen, una fotografía, un diagrama, un dibujo, son buenos ejemplos. Una aproximación sencilla al concepto, es la de una imagen o representación que sustituye a un objeto o a una idea por analogía o por convención. Claro, no puede decirse que toda imagen o foto sea un ícono. Debe haber una experiencia cognitiva y epistemológica, un conocimiento del significado. No hay una relación simétrica entre forma y contenido. Un signo icónico o un signo convencional independientemente representan a su representado, pero no viceversa. El asunto se complica cuando se trasvasa el sentido al paradigma. Se dice que algo es icónico cuando es modelo de algo. Por lo tanto, esa imagen adquiere un valor simbólico, que ya es otra especie de signo. Sebeok admite que es un término muy susceptible de interpretaciones diversas, pero mientras haya una claridad respecto a la relación forma-contenido, puede aceptarse el concepto de signo icónico, diferente al de índice, como veremos en la siguiente publicación.
El signo síntoma, es la segunda especie de formas sígnicas que el lingüista estadounidense Thomas Sebeok identifica en su clasificación semiótica de los signos (ver esta publicación aquí). Un "síntoma" es un signo compulsivo, de alguna forma automático y no arbitrario, que es capaz de mostrar, para un perceptor "X", un mensaje propio. Afirma Sebeok que en este caso, hay un significado unido a su significante a la manera de un enlace natural. Por su parte, y en el mismo concepto, se tiene al síndrome, que es una configuración de signos-síntoma, regida por normas, con una configuración estable. Si bien estos términos tienen connotaciones médicas, se pueden usar metafóricamente: "El origen de la antropología moderna fue un síntoma del colonialismo". En el caso de los síntomas, sus sentidos pueden ser diferentes para el emisor y para el receptor -usando los términos tradicionales-, porque si hablamos de un paciente, éste tiene una percepción subjetiva de un síntoma que el experto puede tratar objetivamente. El asunto es la interpretación. Eso es notable en el caso de la medicina.
El síntoma también puede identificarse con el indicio -que no es índice-, porque impulsa a la percepción de un contenido implícito no intencional. Pero en todo caso, no puede considerarse como elemento comunicacional, porque no hay ni convención ni intencionalidad, por más que haya significación implícita. Los síntomas pueden figurar en los sistemas paradigmáticos de signos (o sea, que tienen un sentido que puede ser decodificado), pero no en los sistemas lingüísticos, justamente por la ausencia de convención intencional. En la siguiente publicación, los signos icónicos.
La primera de las especies de signos que define Thomas Sebeok (ver Seis especies de signos) es la SEÑAL. Se debe entender por "señal" a aquel signo que de manera mecánica (naturalmente) o convencional (artificialmente), provoca alguna reacción en un perceptor. Las señales pueden entonces ser producidas por la naturaleza o por el hombre. Más aún, según Sebeok el perceptor puede ser un receptor artificial (una máquina), un organismo vivo (un ser natural) o una personificación (incluso un ente sobrenatural, como un dios). Esto puede implicar una cierta codificación y una decodificación. Sebeok señala, aludiendo a una idea del investigador estadounidense C. R. Carpenter especializado en conducta de primates, que el manejo de las señales (cualidades, formas modelos), en líneas generales forma parte de un acontecimiento de estímulos que conforma un todo mayor, que surge de las combinaciones que resultan de una acción prolongada. Una señal es, entonces, un signo de tipo relacional. Dice Sebeok: "En mi opinión es esencial, en primer lugar, observar que la relación de la señal con el signo es la de una categoría marcada con una sin marcar, es decir, para ser más exactos la de una especie con un género al que pertenece". Puede haber así, una conexión ocasional entre el significado y la señal que se recibe. Otros autores reducen el espacio semiótico de este concepto, pero es una discusión que no puedo dar aquí. En la próxima publicación veremos siguiente especie de signo, el llamado "Síntoma".
Antes de describir las seis especies de signos que propone Thomas Sebeok, enumeradas en la publicación de ayer, voy a nombrar una forma sígnica que él llama "signo cero". Cuando un signo puede tener sentido obre la base de su propia ausencia, es un signo cero. El ejemplo más sencillo es el silencio. No decir nada puede significar, según el momento o contexto, una forma de decir algo. Explica Sebeok: "Cuando las condiciones contextuales son apropiadas, un signo puede, a veces, significar por su propia ausencia". Para seguir esta línea conceptual, es bueno entender al signo como una sustitución, como algo que está en lugar de otra cosa, y analizar esto según las dos visiones que el mismo Sebeok acepta: el punto de vista de bifacial de Ferdinand de Saussure y el triádico de Charles Sanders Peirce. Según Saussure, un signo es un elemento dual, como una hoja de dos caras, que por una tiene el significante (que es el signo en sí, que percibimos, sea palabra, sonido, imagen o representación) y por la otra el significado (la cosa representada, a la que sustituye y está cargada del sentido del contenido). Según Peirce, en cambio, el signo está compuesto por tres factores: el representamen, que es el signo que se percibe; el objeto, que es lo real a lo que el signo se refiere; y el interpretante, que es la idea que se tiene del objeto en sí, su concepto. En ambas definiciones, la suma de esos componentes, conforman la idea de signo. El signo cero entonces es aquel que, sin tener representación como tal, es capaz de tener un significado. No se refiere al número o dígito 0. Se trata de aquello que comunica con la ausencia de una presencia explícita, no tiene significante o representamen obvio. El vacío puede tener significados, por ejemplo, según su contexto y su momento. Incluso la desnudez, no llevar nada, puede tener múltiples sentidos. Por eso a veces, como dijo el político y periodista francés Georges Clemenceau, "manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra". En las siguientes publicaciones trataré cada una de las especies de signos que definió Thomas Sebeok, sobre la base de diversas teorías semióticas.
En su texto de 1994, Signos: una introducción a la semiótica, el lingüista estadounidense de origen búlgaro Thomas Sebeok (1920-2001) analiza los signos y sus derivaciones e implicaciones en el campo de la semiótica, y sus proposiciones teóricas parten de su definición y clasificación de los signos. Sebeok parte de la concepción de SIGNO planteada por el filósofo Charles Sanders Peirce, según la cual un signo es todo aquello que determina algo más para referirse a un objeto al que él mismo se refiere y del mismo modo, el signo se convierte en un nuevo signo o representación. La idea de la que parte Peirce es aquella que nos retrotrae a la Edad Media: aliquid stat pro aliquo, esto es, algo que representa a otro algo, una cosa que está en lugar de otra. En semiótica, esa sustitución de una cosa por otra mediante una convención o acuerdo, se entiende como semiosis; esta va de la percepción sensorial a la construcción de sentido, lo cual hace que un ser se vuelva un sujeto social. A partir de allí tenemos distintas formas de signos, que se tipifican en seis especies según Sebeok:
Señales
Síntomas
Íconos
Índices
Símbolos
Nombres
En las próximas publicaciones iré describiendo cada una según el autor, y cómo se entiende en la comunicación contemporánea.
Aquí presento un video hallado en la Web, elaborado por el grupo español EnigmaCinco, que demuestra cinco ilusiones que afectan nuestra percepción a través de los oídos, incluyendo la Holofonía, que es, probablemente la más compleja. Es un ejercicio interesante y que tiene que ver con la multimedialidad y multimodalidad sensorial que nos rodea.
Espero que YouTube no cancele esta cuenta o elimine este video, como tantos otros
Hace casi cien años, comenzó un importante movimiento de diseño gráfico que se consolidó después de la Segunda Guerra Mundial, y que fue fundado por el psicólogo y diseñador austríaco Otto Neurath (1882-1945): el Movimiento Isotipo. El ISOTIPO, que también puede llamarse imagotipo,es un signo gráfico que no incluye el nombre del elemento identificado. Hoy se aplica principalmente en el campo corporativo y de marca, pero su origen viene del espectro de la comunicación visual. El nombre español de "isotipo" deriva de una traducción incorrecta de la sigla en inglés ISOTYPE (International System of TYpographic Picture Education), que es el nombre con el que Otto Neurath -junto con el ilustrador Gerd Arntz-, denominó a su proyecto, previamente llamado Wiener Methode der Bildstatistik (Método Vienés de Estadísticas con Imágenes), desarrollado en Viena entre 1925 y 1934. Lo que buscaba ese proyecto era conseguir una forma de comunicar ideas visualmente, de manera sencilla y universal. Neurath sintió que los cambios sociales y económicos que se sucedían después de la Primera Guerra Mundial, demandaban una nueva comunicación, clara y eficiente, para ayudar a comprender las situaciones culturales y sociales que se presentaban, sobre todo en el campo de la salud, vivienda y economía. Para presentar datos complejos, y en especial datos estadísticos, desarrolló un sistema de pictogramas elementales. Su concepto era lograr planos e imágenes informativas completamente funcionales, desprovistos de cualidades decorativas. Un ejemplo es el uso de una tipografía limpia y sin rabillos (serifs), como la letra FUTURA, para obtener un texto muy claro. En 1934 Neurath se mudó a Holanda, donde trabajó con otros diseñadores y creó un sistema visual sintetizado que podía comunicar información a través de un sencillo medio no verbal. Aunque en un principio Neurath tenía la intención de que el isotipo se empleara para fines educativos, acabó teniendo más impacto en la evolución del diseño gráfico, e influyó notablemente el campo de la infografía y la información visual, disciplinas que se encontraban en plena evolución en aquella época. Actualmente se identifica al isotipo como un logotipo, pero esto es incorrecto, ya que por su origen, un isotipo debe comunicar de manera independiente, sin el uso de la palabra escrita, y sin alusiones a marcas o empresas. En 1940, los integrantes de grupo (Otto Neurath, el ilustrador Gerd Arntz, la diseñadora Marie Reidmeister y el tipografista Rudolph Modley), huyeron a Inglaterra, donde pudieron elaborar mejores formas y modelos, reduciendo al mínimo la información dibujada para poder transmitir los mensajes sin confusión, comprensibles en cualquier idioma y en cualquier parte del mundo. La contribución del Movimiento Isotopo a la comunicación visual, es la serie de convenios que se establecieron en las siguientes décadas para formalizar el uso de un lenguaje gráfico universal y simple, con una sintaxis propia, con pictogramas que arman un sistema de imágenes conectadas, que generan una estructura y un significado muy fácil de percibir. Muchos de estos conceptos son aplicados con renovado impulso en la actualidad.
El museo privado noruego Kistefos, que incluye el parque de esculturas más grande del norte de Europa, ha abierto una nueva extensión dramática diseñada por BIG-Bjarke Ingels Group. El nuevo edificio, llamado The Twist (El Giro) por su forma curva, cruza el río Randselva para conectar los lados norte y sur del complejo existente. Su estructura, basada en programas informáticos, impresiona por su forma inusitada. Se inauguró en octubre de 2019, y está concebido como un segundo puente en el parque de esculturas que ahora existe, formando un circuito continuo a través de ambas riberas del río. Diseñado por el arquitecto Bjarke Ingels, y con un costo total de casi 23 millones de dólares, The Twist funciona como un espacio de exhibición y una plataforma panorámica para ver el paisaje circundante. Este edificio se sitúa en el distrito de Hadeland, cerca de la capital noruega (Oslo), en el extremo sur del lago Randsfjorden, una zona que se ha convertido en una mezcla de paisaje rural, cultura y arte, con obras de Yayoi Kusama o Fernando Botero, entre otros. El Museo Kistefos tenía una gran necesidad de un edificio nuevo y moderno para poder albergar nuevas exposiciones de arte contemporáneo. Fundado en 1995 por el empresario y coleccionista de arte noruego Christen Sveaas, el museo ocupa el antiguo sitio del negocio familiar de pulpa de madera, establecido por el abuelo de Sveaas hace 130 años. Kistefos comprende un museo industrial que conserva la fábrica de celulosa original y completamente intacta del siglo XIX, galerías de exhibición y un parque de esculturas con obras específicas de Tony Cragg, Anish Kapoor, Marc Quinn y Lynda Benglis, y varios artistas contemporáneos más. Ahora el objetivo es atraer a 100,000 visitantes al complejo en 2020. Con este nuevo e innovador espacio, seguro lo consigue.
Aquí pongo una ilustración creada usando programas digitales, en la que se muestra un paisaje fantasioso, con el tema de una catedral al estilo gótico, con un puente de arcos romano, en un acantilado al borde de una estruendosa catarata durante una puesta de sol, generando una vista muy imaginativa. Es curioso como en el mundo digital se pueden fusionar tantos estilos y tantas estéticas. Es una imagen hallada en la Web, de libre uso.
El profesor de Lengua Inglesa e Historia del Arte en la Universidad de Brown en Rhode Island, EE.UU., George P. Landow, ha desarrollado una línea de investigación que trabaja la idea de una teoría crítica del hipertexto. Los artículos y libros de Landow se han enfocado en el estudio de la evolución de los efectos de las nuevas tecnologías sobre el lenguaje y la literatura, haciendo enlaces con los trabajos de críticos como Jacques Derrida, Roland Barthes, Gilles Deleuze, Paul de Man o Michel Foucault, desde un punto de vista crítico. El análisis de Landow abarca espacios bien definidos: el desarrollo conceptual del "hipertexto", las implicaciones que tiene para la teoría e instituciones literarias, las aplicaciones educativas y los aspectos políticos de esta técnica. Se entiende por hipertexto a las estructuras no secuenciales (lineales) que permiten crear, agregar, enlazar y compartir información de diversas fuentes por medio de enlaces asociativos y redes sociales. El hipertexto es texto que contiene enlaces a otros textos. Según Landow, el efecto básico de la irrupción de los hipertextos en la vida cultural es el de hacer manifiesto que muchas de las facetas que consideramos naturales, en los textos que hasta hoy manejamos, son fruto de unas convenciones socio-culturales. El hábito tiende a convertir en natural aquello que no lo es. En el caso de los textos, la tecnología de lo impreso se ha superpuesto a lo estrictamente literario y se ha confundido hasta constituir una amalgama que casi no se puede diferenciar. En su momento, la tecnología de lo impreso supuso una revolución que afectó de forma radical al concepto de creación literaria, al de obra de autor y, por supuesto, al de público. Se pasó de lo oral a lo visual (el texto leído). Ahora todas estas instancias del sistema literario se ven redefinidas dentro del marco que crea la tecnología tipográfica. Ya no hay una linealidad sino una multitemporalidad. Por supuesto, esto se debe ver más allá de la tecnología y lo utilitario, y es aquí donde Landow hace su crítica y su aporte. La hipertextualidad, que ya se convierte en hipermedialidad, permite superar aquellos límites que los formatos tradicionales imponen. De hecho, según él, los límites que la obra literaria tenía trazados no eran en su totalidad propios, sino que estaban determinados por el medio en que se desarrollaba. Ahora podemos (y debemos) olvidarnos de las restricciones y crear literatura multiforme. Si la tecnología determina las formas del pensamiento y su expresión, la llegada de una nueva tecnología dará lugar a nuevas formas culturales. Así, el hipertexto, con sus redes de nodos y enlaces permite superar las jerarquías de lo impreso, y al no ser un sistema cerrado, permite desplazar la responsabilidad de la decisión de lectura y secuencia en el destinatario. El hipertexto es un sistema abierto que permite al receptor construir sus propios caminos de lectura saltando contenidos conforme a sus intereses. El texto tradicional tiene un principio y un final; en el hipertexto esto no está dado, sino que se crea en cada lectura conforme a los recorridos que establezca cada lector. El texto se termina; el hipertexto, en cambio, continúa creciendo gracias a la posibilidad de añadir nuevos mensajes por parte de sus autores o, incluso, sus lectores, generando una interacción que sólo es propia de estas nuevas plataformas. Estos son los libros de George P. Landow: Hipertexto 3.0: Teoría crítica y nuevos medios en una era de globalización, 2005 Hipertexto 2.0: La convergencia de la teoría y tecnología crítica contemporánea, 1997 Hipertexto: la convergencia de la teoría y tecnología crítica contemporánea, 1991 Hiper / Texto / Teoría, 1994 Hipermedia y estudios literarios, 1994 (con Paul Delany) La palabra digital: computación basada en texto en las humanidades, 1993 (con Paul Delany)
Este es un corto de animación realizado en 2008, que combina la técnica 3D con 2D, en un film muy bien logrado, con una trama muy original. Titulado "La bella durmiente de la abuela O'Grimm" (Granny O'Grimm's Sleeping Beauty), muestra a una abuela poco común que le cuenta un cuento a su nieta, en una versión muy particular. Escrito y realizado por Kathleen O´Rourke, y dirigido por Nicky Phelan, con música de Gregory Magee, fue producido en Irlanda con el patrocinio del Irish Film Board. Más información en www.brownbagfilm.com.
El Art Deco, del cual he estado comentando en las últimas publicaciones, tiene unas características que le hacen diferente en su momento histórico, porque a pesar de ser visto como un estilo que resalta lo "decorativo", resulta de la fusión de varias tendencias de principios del siglo XX. Y si bien es en la arquitectura internacional donde más se identifica, no estuvo limitado a edificios; máquinas, muebles, barcos, automóviles y hasta vestuario se diseñó con los elementos estilísticos propios de este arte. Por ejemplo, el transatlántico SS Normandie, cuyo viaje inaugural tuvo lugar en 1935, fue diseñado incorporando muchos diseños Art Deco en su interior, incluso un salón comedor cuyo techo y decoración estaba realizada con vidrio de Lalique, un material típico de este movimiento. Otros buques con influencia Art Deco en su decoración fueron el Île de France, el Queen Mary y el Nieuw Amsterdam. El Art Deco también se aplicó en el algunos ferrocarriles, como en el famoso Orient Express; y en la aviación, como en el avión 1000E Manhattan. Incluso el famoso puente Golden Gate entre Oakland y San Francisco está construido con elementos estéticos de este estilo. La estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro está también diseñada bajo esos patrones. A pesar del eclecticismo de sus influencias formales y estilísticas, el Art Deco es consistente y posee una clara identidad propia. No se trata de un historicismo ni de un anacronismo; es fiel a su época y deja entrever la noción futurista de la Revolución Industrial. Su simbolismo gira en torno al progreso, el ordenamiento, la ciudad y lo urbano, y la maquinaria. Elegante, funcional y modernista, representó una concepción representativa del mundo entre la Primera y la Segunda Guerra mundial. Aún ahora, en este mundo digital, se valoran los aportes que el Art Deco nos dejó.
Si bien el Art Deco surge en Francia a mediados de los años 1920, y casi como combinación del Art Nouveau y el Modernismo europeos, va a ser en América, y en particular en los Estados Unidos, donde tenga más relevancia durante la década de 1930. En correspondencia con sus influencias maquinistas, se caracterizó por los materiales utilizados, tales como aluminio, acero inoxidable, laca, madera embutida, y texturas de imitación a pieles animales. En el campo del diseño gráfico, el uso de tipografía en negrita, sans-serif o palo seco, el facetado y la línea recta o quebrada (opuesto a las curvas sinuosas y naturalistas del Art Nouveau), fueron típicos. Algunos patrones de ornamento se usaron en aplicaciones bien diferentes: desde el diseño de zapatos para señora hasta las parrillas de radiadores en los autos, así como en el diseño de interiores y rascacielos como el Edificio Chrysler o el Empire State Building. Estos dos son ejemplos muy notables, pero en la arquitectura estadounidense hay muchos más. De hecho, la ciudad de Miami, en Florida, es casi un muestrario de edificios Art Deco de la década de 1930. Se pueden enumerar decenas de edificios en ciudades como Los Ángeles, Kansas City, Dallas y Nueva York. Claro, en ciudades de Francia, Bélgica, España, Portugal y Europa en general hay aún muestras de este estilo, así como en diversas ciudades de Latinoamérica. Pueden ponerse muchos ejemplos; el Palais de Chaillot y el Palais de la Porte Dorée, en París, la Basilique du Sacré-Coeur de Koekelberg en Bruselas, la Finca Roja y el Rectorado de la Universidad en Valencia, la Battersea Power Station y algunas estaciones del Underground de Londres, el Teatro Capitolio de Lisboa; en Estados Unidos, además de cantidad de edificios en Miami, están el Wiltern Centre y el Bullocks Wilshire Building en Los Angeles, el Union Terminal de Cincinatti, el famoso Rockefeller Center en NYC, el Empire State y el Chrysler Building; y en latinoamérica el Edificio Bacardí en La Habana, El Edificio Kavanagh en Buenos Aires, la Iglesia de Santa Terezinha en Río de Janeiro y en Caracas el Edificio Manhattan, entre muchas obras en todo el mundo. Aquí pongo algunas imágenes, y en la siguiente publicación mostraré algunas otras manifestaciones del Art Deco.