En otras publicaciones he mencionado al filósofo y sociólogo canadiense Marshall McLuhan (1911-1980), quien es considerado un importante teórico de la comunicación y sus medios. Siempre polémico, algunas de sus propuestas tienen hoy gran vigencia, como la idea de que vivimos en una "aldea global", un mundo totalmente conectado en tiempo real por los distintos medios comunicacionales. Una de sus nociones más controversiales tiene que ver con una particular clasificación mediática, que hoy no parece tener la misma vigencia que hace cincuenta años. Son los medios "fríos" y los "calientes", a los que ya me referí anteriormente en el blog (ver: https://ciberestetica.blogspot.com/2013/09/medios-segun-mcluhan.html).
McLuhan propuso una clasificación de los medios de comunicación en "fríos" y "calientes" basada en el grado de participación que requieren del receptor. Así, los medios fríos son aquellos que, según esta división, requieren una mayor participación activa del receptor para completar la información. Estos medios suelen ser de baja definición y dejan muchos espacios en blanco que el usuario debe llenar con su propia imaginación o conocimiento. Como ejemplo tenemos la televisión tradicional, la radio y el teléfono. Sus características serían una baja definición (la información no está completamente detallada), una alta participación del receptor (el usuario debe completar la información faltante) y un relativo estímulo de la imaginación pues de alguna manera requieren de creatividad interpretativa y una participación activa.
Por otro lado, los medios calientes son los que proporcionan una gran cantidad de información de alta definición, dejando poco espacio para la interpretación del receptor. Ejemplos de estos son la fotografía, el cine y la prensa. En este caso las características son una alta definición (la información es detallada y completa), una baja participación del receptor (el usuario recibe la información de forma pasiva) y la estimulación primordial de un sentido, bien sea la vista o el oído, aunque el cine sea audiovisual.
Cuando se formuló esta propuesta, internet estaba muy incipiente, por lo que no entraba en ninguna clasificación, pero según la definición podría ser considerada como un medio caliente. El hecho del "calor" o del "frío" no desmerece la importancia de ninguno de los medios, solo se refiere a cómo participa el perceptor en la comprensión de los mensajes y su interpretación. Esta clasificación fue importante en su momento porque pretendía ayudar a entender cómo los diferentes medios de comunicación influyen en nuestra forma de pensar y de relacionarnos con el mundo. No olvidemos que McLuhan sostuvo que "el medio es el mensaje", es decir, que la forma en que nos comunicamos es tan importante como el contenido del mensaje en sí mismo.
Aunque esta teoría se desarrolló en la década de 1960, sigue siendo relevante de alguna forma en la actualidad. Por ejemplo, la evolución de la televisión hacia plataformas más interactivas y la creciente importancia de las redes sociales han transformado este medio en algo más cercano a un medio frío. Igual pasa con internet, que en función de su medialidad, puede pasar de una a otra categoría. La teoría de los medios fríos y calientes llevó a reflexionar sobre cómo los diferentes medios de comunicación moldean nuestra percepción de la realidad y cómo interactuamos con el mundo que nos rodea, y a pesar de sus críticas, tiene un componente analítico aún trascendente al día de hoy.
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